Las especies de medusas son animales marinos que pertenecen al grupo de los cnidarios, al que también pertenecen los corales, las gorgonias y las actinias, según la clasificación científica. Estos animales se clasifican como pelágicos porque habitan en la columna de agua y no en el fondo del océano.
Los tipos más comunes de especies de medusas que se encuentran en el mar son los siguientes:
Carabela portuguesa
Se trata de la especie más peligrosa que podemos encontrar en el Mediterráneo. Su veneno puede llegar a ser letal, por lo que hay que tener especial precaución con este animal marino.
En realidad, la carabela portuguesa o Physalia physalis no es una verdadera medusa, sino un hidrozoo del orden de los sifonóforos formado por una colonia de pólipos que realizan distintas funciones.
Esta especie tiene una forma muy peculiar. Presenta una estructura de color violáceo a modo de flotador que suele medir unos 30 cm de largo y 10 cm de ancho, y que está rellena de gas, lo que hace que flote en el agua.
Además, posee una cresta en la parte superior que le ayuda a desplazarse con el viento. De ahí proviene su nombre de carabela. Sus tentáculos son especialmente finos y largos.
Habita en las aguas cálidas del planeta, sobre todo en regiones tropicales y subtropicales. Sin embargo, en los últimos años se la ha podido ver en las costas del Mediterráneo. Es una medusa carnívora y se alimenta de peces pequeños y de plancton.
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Medusa aguamala
La medusa aguamala o aguaviva (Rhizostoma pulmo, en su nombre científico) es una de las especies más grandes, pudiendo llegar a medir 100 cm de diámetro. Es de color blanco y posee 96 lóbulos azulados violáceos en los bordes de su umbrela (la parte superior gelatinosa), así como ocho gruesos tentáculos orales.
Habita en el océano Atlántico y en el mar Mediterráneo, y se acerca a las costas españolas desde primavera hasta otoño. Se la puede ver tanto en solitario como formando enjambres.
Estas medusas pueden producir irritaciones de gravedad media en la piel, no solo por contacto directo, sino también por su presencia en zonas costeras cerradas al mar abierto.
Medusa aguamar
La Chrysaora hysoscella, conocida como medusa aguamar, es de color blanco amarillento con bandas pardas en forma de “V” invertida que nacen en el centro de su umbrela. Esta puede medir 30 cm de diámetro y tiene una forma achatada.
Viven en aguas frías y templadas del océano Atlántico, desde Noruega hasta las costas de Sudáfrica, así como en el mar Mediterráneo. Se alimenta principalmente de invertebrados marinos, de larvas y plancton.
Sus tentáculos, al igual que el resto de medusas, poseen células urticarias llamadas cnidocitos que desprenden veneno. Su peligrosidad es elevada, ya que su picadura causa quemazón, provocando edemas y lesiones en la piel que pueden tardar tiempo en desaparecer.
Medusa huevo frito
Cotylorhiza tuberculata es una notable especie de medusa que se encuentra en el Mediterráneo. El objeto tiene forma de paraguas aplanado y es de color amarillo, con una protuberancia de color marrón anaranjado más oscuro en el centro.
Posee un diámetro de entre 20 y 35 cm, y sus brazos orales están cubiertos con unas verrugas en forma de botones de color violáceo, azul y blanco.
Es una de las medusas más comunes del Mediterráneo, sobre todo en el Mar Menor, durante el verano y el otoño. Su picadura tiene efectos leves, debido a la corta longitud de sus largos tentáculos.
Medusa luminescente
Su nombre científico es Pelagia noctiluca. Es una medusa de menor tamaño, de unos 20 cm de diámetro como máximo. Posee una umbrela más abultada en forma de seta, cuatro tentáculos orales y 16 marginales que pueden llegar a tener desplegados más de 20 m de longitud.
Es una medusa translúcida de un color rosado. Además, está cubierta de verrugas marrones rojizas en la superficie de la umbrela, los brazos y tentáculos. Estas son acumulaciones de cnidocitos, es decir, las células urticarias que desprenden el veneno.
Tal y como dice su nombre, la medusa luminiscente brilla en la oscuridad. Durante la noche irradia una luz que sirve para atraer a sus presas, pero también como reacción cuando se la molesta.
Habita en zonas profundas del pelágico, en el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Pero se acerca a las costas arrastrada por el viento, sobre todo en verano. Es una de las especies más venenosas y abunda en las aguas de la Costa del Sol. Su picadura es dolorosa y causa una irritación intensa en la piel, pudiendo provocar ampollas y úlceras.
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Medusa luna
La medusa luna o Aurelia aurita es una de las más inofensivas del mar Mediterráneo. Posee una umbrela en forma de plato que puede medir hasta 25 cm de diámetro. Sus brazos son más largos que sus numerosos tentáculos.
Al igual que la medusa luminiscente, es transparente, con un color azulado. Abunda en zonas costeras, sobre todo en bahías cerradas como el Mar Menor, pero también en fiordos.
Aurelia Sp.
Este género vive cerca de la costa y es fácil identificarlo gracias a las gónadas (glándulas reproductivas), las cuales son cuatro, tienen forma de herradura de caballo y destacan en el cuerpo prácticamente transparente de la medusa. Para Aurelia aurita, una de las medusas más conocidas y estudiadas, la temperatura del agua ideal oscila entre los 9 y los 19 grados centígrados. Aún así, pueden tolerar aguas más frías y más cálidas, por lo que su hábitat es muy extenso.
Pelagia noctiluca
Esta especie de medusa vive en el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. Su coloración varía del morado al pardo y los cuatro apéndices bucales que salen del borde de la cavidad gastrovascular son largos. La palabra noctiluca está formada por dos palabras griegas que significan noche y luz. Esto es debido a que Pelagia noctiluca es una de las medusas capaces de generar luz. Su capacidad bioluminiscente se puede observar cuando los individuos son perturbados por el movimiento de las olas o por el movimiento del agua producido por barcos. Esta es una de las medusas que producen más picaduras en el Mediterráneo.
Diplulmaris antarctica
El hábitat de esta especie, capaz de tolerar las aguas más frías, son las aguas superficiales que rodean la Antártida y la península Antártica. Su umbrela, que puede llegar a los 18 centímetros de diámetro, es transparente. Dentro de ella destaca el color anaranjado de su gastrodermis, que también se extiende por sus tentáculos orales. Se alimentan de krill y otros pequeños crustáceos, así como de larvas de pez y pequeños tipos de moluscos.
Turritopsis dohrnii
Su forma adulta mide menos de 5 centímetros, pero a pesar de su pequeño tamaño, esta especie de medusa tiene un superpoder: es inmortal.
Durante el ciclo de vida de las medusas, machos y hembras dan lugar a larvas que se fijan al suelo y crecen en forma de pólipo. Este pólipo será el encargado de dar lugar a medusas que más adelante se volverán a reproducir. En el caso de Turritopsis dohrnii, cuando un individuo sufre un daño físico o no dispone de comida suficiente, su cuerpo puede volver a transformarse en pólipo. Este pólipo volverá a generar medusas que serán genéticamente iguales a la inicial. El mecanismo que permite esta transformación se llama transdiferenciación. Durante este proceso, una célula que está especializada en una función, puede reprogramarse y formar otros tipos de células.
Enlaces de interés:
Las medusas que conquistan las costas
Las picaduras que vienen del mar: medusas
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